Un Pozo de Emociones.

La diosa Selene la luna mueve las mareas, porque tiene poder sobre el agua.
Nuestras emociones son agua, las lágrimas son agua salada como las aguas del mar.
Pueden ser cristalinas, serenas, apacibles como las aguas de un lago.
O revoltosas, impredecibles, caóticas, peligrosas como ocurre en los rápidos.
Pueden ser aguas estancadas podridas, sucias, contaminadas, oscuras.
Pueden correr y precipitarse al vacío como las grandes cascadas, o pueden surcar los valles y deslizarse hasta dar en un gran río, como hacen los arroyos que se funden en él,
Así nuestras emociones nos pueden hacer sentir serenos, apacibles, o nos podemos encontrar revueltos caóticos.
También podemos caer en un pozo en el que no vemos la salida.
Si nuestras emociones no salen a la superficie, las encerramos dentro en lo más profundo de nuestra alma, se estancaran pudriéndose y nosotros con ellas.
O nos podemos precipitar con furia haciendo que perdamos el control,
Dejémoslas fluir, deslizarse sin esfuerzo, abrazando lo que encontramos en el camino.

Deja fluir tus emociones en el momento en qué se presenten.
No intentes controlarlas, acéptalas desde la comprensión desde la aceptación.
No las escondas, no las ocultes crecerán hasta ser incontrolables.
Deja que hablen.
Están ahí para ayudarte a entender.
Están ahí para ayudarte a crecer.