El
ser humano parece haber perdido la fe, la posibilidad de creer en él y en la
Providencia.
¿Por
qué?
Porque
hemos puesto nuestro futuro y nuestros pensamientos en los poderosos, en los
empresarios, en los políticos, en las asociaciones, que nos saquen del
atolladero.
¿Cómo?
Con
un trabajo que nos permita seguir viviendo.
¿Hasta
cuándo?
¿Qué
no tenemos otra salida?
Nos
hemos metido en un engranaje y somos una pieza más de él.
Un
mecanismo que mueven otros en su propio interés.
¿Cómo
salir de éste inmenso monstruo que nos devora poco a poco?
Nos
alimentaron con sueños; sueños dirigidos.
¿Hacia
dónde?
Cada
vez que soñamos somos capaces de vivir con alegría, con ilusión.
¿A
cambio de qué?
Como
el burro en la noria puedes ver tus sueños delante de ti, y con eso crees que
puedes alcanzarlo. A veces para que no desfallezcas en el intento conseguirás
unas migajas.
Te
harán creer que puedes conseguirlo, que estás cada vez más cerca.
Lo
que no sabemos es que ellos son los creadores de esos sueños, te han creado la
necesidad y la ilusión para que lo desees con intensidad.
¿Pero
nos hemos parado a pensar?
¿Nos
hemos detenido para levantar el velo, tras el que se ocultan esos sueños?
¿Es
realmente lo que deseas?
¿Te
hará más feliz?
¿Te
sentirás mejor?
¿Hasta
qué punto han escudriñado dentro de nuestros cerebros?
¿Hasta
qué punto han llegado a descubrir nuestros pensamientos?
¿Y
nuestra alma?
¿Cómo
salir de esos sueños inducidos?
¿Cómo
empezar a crear nuestros propios sueños con la libertad de ser quienes somos?
Sin
rémoras, sin que estén condicionados por esta forma de vivir desde hace miles
.de años.
¿acaso
sería tan horrible, dormir bajo las estrellas, cultivar la tierra, bailar
alrededor del fuego, educar con el corazón mirarse a los ojos y ver de verdad
al otro, que eres tú y dar las gracia a la vida cada día por estar aquí un día
más.
Compartiendo
y disfrutando el placer de vivir.
Pero
entonces...
¿Habría
dueños de las tierras que cultiváramos?
¿Nos
obligarían a trabajar a destajo?
¿Para
seguir enriqueciéndose con nuestro trabajo?
¿Qué
le debemos?
Si
yo no quiero soñar sus sueños, no tengo por qué pagar por ellos.
¿Decidme
cómo lo hago?
¿Cómo
salgo de éste monstruoso engranaje?
Quizás
la vida venga a mi encuentro.
Quizás
la vida tenga la respuesta.
Lo
que sí sé, es que estamos más cerca del despertar de los viejos sueños y
alcanzar los nuestros.
Aquellos
que nos harán libres; Libres para decidir si nos quedamos en éste mundo
conocido o inventamos otro.
Han
puesto el mayor interés en que olvidemos, que una vez simplemente fuimos
hombres y mujeres viviendo la experiencia de vivir.
¿Pero
qué es la vida?
¿Lo
qué experimentamos en éste mundo de cartón?
¿Qué
oscuros intereses nos han construido éste parque de atracciones?
¿Quién
o quienes han cerrado y guardado la llave?
¡Quizás
si se fuera la luz y todo se detuviera ya no nos parecería tan maravilloso!
¿Quiénes
mantienen la luz encendida?
¿A
quién interesa que el tío vivo no se detenga?
Mientras
estemos en la feria seguiremos gastando dinero y energía.
Y
seguiremos creyendo que nos estamos divirtiendo.
Pegases
lindos pegasos.
Caballitos de madera
Yo
conocí siendo niño la alegría de dar vueltas.
Sobre
un corcel colorado en una noche de fiesta.
Alegrías
polvorientas que cuestan una moneda.
Pegasos lindos pegasos.
Caballitos de madera.
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